El pasado jueves día 22 de octubre, ocurrió lo que se esperaba. Tras el fallido intento del lunes 19 de bloquear las cerraduras, esta vez sí se salieron con la suya y estropearon todos los accesos al centro. No pudimos comenzar las clases hasta la segunda hora. Para colmo, la mañana era de perros, con un viento lateral que hacía inútiles los paraguas y hacía la peligrar integridad de nuestros materiales escolares.
Por si faltaba poco, esa mañana era la elegida para recibir a los alumnos de intercambio de Gran Bretaña. Los pobres chicos contemplaban atónitos el espectáculo bajo la intensa lluvia. ¿Que pensarían de nuestro instituto? Afortunadamente, al día siguiente se pudo llevar acabo la recepción en nuestra biblioteca con un acto muy simpático.
Al final, el padre de nuestro compañero Enrique Molina, tras grandes esfuerzos, nos abrió la puerta.
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